Octavio Belardinelli
Salté desde la nada hasta esta Tierra y recogí la piedra.
Navegué los mares del sud. Cormorán y delfín me acompañaban.
Un día conocí a Alicia: trenzas negras, ojos oscuros.
A la luz del ojo de buey le escribí cartas de amor.
Con los dos pies en el suelo, hicimos una familia.
Los hijos de Alicia fueron hermosos.
Algo pasó y quedé solo, otra vez, parado en una pata.
Los hijos crecieron, los cormoranes volaron, los delfines se fueron.
Ahora estoy cansado y pronto voy a entrar en el Cielo.
O sea, volver a la nada.
Pero algunos me dicen que dé la vuelta, que todo vuelve a comenzar.
¿Será posible?